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Wednesday, October 31, 2012

Reiki método de sanación de la Nueva Era

El Reiki ¿Qué es y cómo valorar este método de sanación de la Nueva Era?

¿Qué es el Reiki?
¿El Reiki es efectivo y logra los resultados que promete?
¿Es una simple técnica, o algo más?
¿Puede alguien compatibilizar una creencia religiosa común con la práctica del Reiki?

En algún boletín anterior hemos ofrecido información sobre este tema, y ahora volvemos a hacerlo, de la mano de dos artículos que Luis Santamaría, estudioso de la nueva religiosidad y miembro de la RIES, ha publicado en la revista religiosa En Acción Digital, y que presentamos fundidos a continuación.
Hace poco alguien me comentaba que se ha hecho instructor de Reiki, lo que me ha llevado a escribir algo sobre esta "técnica de sanación". No es un caso aislado, sino que cualquiera que se fije a su alrededor puede caer en la cuenta de cómo se extienden ofertas de cursos de Reiki en nuestras ciudades. ¿Qué es el Reiki? ¿Un arte marcial? ¿Una secta? ¿Una nueva espiritualidad?

¿Qué es?

En principio, tiene algo de todo esto. Vamos a verlo más despacio. Se trata de una técnica de sanación muy difundida en Occidente por la atmósfera de la Nueva Era. Se basa en la "energía vital universal", y de ahí su nombre: "ki" significa energía vital, y "rei", universal. Esta energía, que se puede emitir por las manos, tiene potencia sanadora. Y las enfermedades son, para los defensores del Reiki, trastornos de naturaleza espiritual, no orgánica ni física. En la publicidad de un centro hemos podido leer que se trata de "una terapia complementaria a la medicina tradicional".

Su iniciador fue el japonés Mikao Usui (1865-1926), y su divulgadora más importante fue Hawayo Takata (1900-1980). Según parece, Usui fue un profesor cristiano que quiso averiguar cómo llevó a cabo sus curaciones milagrosas Jesucristo, y el estudio de la teología cristiana le defraudó. Fue en el Tíbet, y después en Japón, donde aprendió la técnica de sanar, después de una visión mística en la que le fue revelada. Entonces fundó la secta que esparciría su descubrimiento al principio por todo el mundo, aunque en Occidente lo hiciera de una forma más "secularizada", con menos apariencia religiosa, como si se tratara de una técnica sanadora sin más, en el ambiente holístico de la Nueva Era. Después de la muerte de Takata, el Reiki se dividió en dos ramas principales, una dirigida por Barbara Weber Ray, y otra fundada por Phyllis Furumoto, nieta de Takata.

De hecho, son multitud los grupos y sectas que son deudoras del "descubrimiento" de Mikao Usui, a lo largo de todo el planeta. En España, por ejemplo, podemos encontrarnos con la Alianza Española de Reiki (vinculada al movimiento del gurú Maharaj Ji), el Centro Shambalaluz, la Comunidad de Maestros de Reiki, y otros centros que simplemente añaden el nombre de la ciudad a la palabra Reiki. Y ofrecen el aprendizaje de diversos tipos de Reiki: Usui Japonés, Tibetano, Tántrico, Karuna, Sekhem-Seichim, Egipcio, BioReiki... como podemos leer en su propaganda. Consta de cursos breves en los que el interesado asciende en los cuatro niveles que tiene.

El primer nivel consiste en la autosanación y en la posibilidad de transmitir la energía a personas allegadas. El segundo hace un terapeuta de su practicante, que aumenta su capacidad energética hacia los demás. En el tercer nivel, espiritual, uno se conecta con la energía superior, "nuestra esencia interior, que es nuestra guía para el crecimiento espiritual". Y, por último, el cuarto nivel o del maestro está indicado para los que quieran transmitir y enseñar a otros esta técnica de sanación. Los principios del Reiki, establecidos por su fundador, son: "no te enfades, no te preocupes, da gracias, trabaja honestamente, se amable".

"El Reiki equilibra y restaura la energía del organismo y favorece la capacidad del cuerpo para sanarse a si mismo, armonizando tanto el cuerpo como la mente. A nivel psicológico, el Reiki sumerge al paciente en un profundo estado de relajación y paz, muy beneficioso en casos de depresión o estrés y permite profundizar más en los procesos mentales que nos mantienen atados a nuestros problemas. A nivel físico el Reiki calma el dolor, refuerza el sistema inmunológico y fortalece el cuerpo ante cualquier enfermedad. Reiki jamás puede producir ningún daño, puesto que es la energía del universo y sólo fluye en las cantidades requeridas por el receptor", afirman en su propaganda. Además, añaden, puede emplearse en animales y plantas.

Se basa en los chakras o centros energéticos del cuerpo humano (creencia de origen hindú, muy difundida en los diversos nudos de la red de la Nueva Era), y en equilibrarlos en armonía para lograr todo eso que se dice en el párrafo anterior. La cuestión es canalizar adecuadamente la energía universal con la ayuda de un maestro, de alguien que haya alcanzado el cuarto nivel del Reiki.

Algunas valoraciones

Llega el momento de indicar algunos elementos para su valoración. ¿Qué ha de pensarse del Reiki? ¿Funciona? ¿Es magia, ciencia o religión? ¿Qué debe pensar un cristiano? En primer lugar hay que observar su carácter sanador. El Reiki no sustituye a la medicina tradicional (alopática) ni pretende hacerlo, puesto que se sitúa en un nivel diferente. Por ello, y porque no tiene ninguna fundamentación científica, para el experto argentino Roberto A. Federigo, miembro de la RIES, se trata de una práctica mágica. Afirma que "el Reiki dice administrar y trasmitir una supuesta energía sobrenatural para un beneficio, y el supuesto control de una fuerza de igual naturaleza para diversos fines, se conoce como magia". Por ello, concluye que "es sólo una creencia mágica primitiva, y como toda magia carece de efectos comprobables".

No es ciencia ni medicina, por lo tanto. Sin embargo, por todas partes podemos ver testimonios de efectos positivos en las personas que lo practican. De hecho, esto ocurre con muchas otras técnicas orientales, cuyos resultados benéficos sobre el organismo y psiquismo humanos son conocidos. Ocurre con el yoga, la meditación, el tai chi, ejercicios de relajación, etc. El Reiki es un producto más del complejo universo de la Nueva Era, que engloba y mezcla creencias y prácticas de las más diversas procedencias, con el punto de unión de lo "espiritual", sin concretar mucho de lo que se habla cuando se emplea este término. Desde luego, sin la institucionalización religiosa tradicional.

¿Puede considerarse como algo religioso?

El mensaje que transmiten los instructores de Reiki y su propio contenido es de carácter eminentemente oriental, pero podemos observar un hábil sincretismo con elementos de origen cristiano. Los textos de sus manuales hablan de la energía como de algo divino que habita en el interior del hombre, además de tener presencia y alcance universal. Por ejemplo, podemos leer: "El Padre que es amor incondicional, que nada pide, que todo lo da, que llega a todo ser que lo necesita, que cicatriza nuestras heridas, sana las angustias, las tristezas, el desamor, el desequilibrio, la desesperanza, el dolor, la amargura, la impotencia, la desesperación, porque su amor todo lo puede, e impregna cada cuerpo, cada chakra, cada rincón de tu ser restaurándolo con la energía sanadora del amor y llevándote a un estado distinto, superior, sutil, reconfortante. La experiencia de Reiki es individual, pero en todas vas a encontrar esa cuota divina, que no es tuya ni mía, que pasa a través de nuestras manos, y que es la esencia de todo, pues el amor está siempre como causa subyacente de todas las cosas".

Aunque la inmensa mayoría de los autores que lo promueven insisten en que no se trata de un movimiento religioso y que sus prácticas no constituyen una actividad de carácter religioso en sentido estricto, sin embargo sí tiene componentes religiosos según los autores de un estudio publicado en Italia (J.G. Melton y A. Menegotto, Reiki: tecnica o religione?, 2005), dentro de la configuración típica de la nueva religiosidad, liberada de dogmas y preceptos, desinstitucionalizada. Así lo constatan en sus doctrinas y prácticas, y afirman que "se sitúa ciertamente en una delicada zona de límite a lo largo de la 'frontera de lo sagrado' y vive en una continua ambigüedad en las relaciones técnica-religión, profano-sagrado, material-espiritual, cuerpo-espíritu. Parece adaptarse bien a él la categoría de 'cuasi-religión', elaborada con particular referencia al contexto estadounidense para describir una serie de experiencias que no participan totalmente de las categorías de clasificación ordinarias de 'religión'".

¿Y qué debe hacer ante esto el cristiano? El discernimiento es difícil, ya que hay que observar con profundidad para ver si lo que se está empleando es una mera técnica física o psíquica, o si la práctica del Reiki conlleva un contenido irrenunciable que choque con la espiritualidad evangélica. Además, según el teólogo uruguayo Miguel Pastorino, miembro de la RIES, "el desafío para los cristianos que practican no es nada fácil, de hecho el Yoga y las Artes Marciales, el Tai Chi y el Chi Kung ya han sido bastante purificados gracias a varias décadas de existencia en un contexto secularizado, pero no es este el caso del Reiki que además cuenta con todos los patrocinadores del movimiento Nueva Era".

Este experto señala que es propio de la cultura oriental no disociar la práctica de estas disciplinas originadas allí de la doctrina que las sustenta y les da sentido. Y el Reiki trae consigo una cosmovisión dualista, la creencia en el Absoluto como una energía personal, la posibilidad de todos los hombres de sanar, la reencarnación, y un largo etcétera. ¿Puede aceptar esto normalmente un creyente, ya sea oriental u occidental, que profese la fe en un Dios creador personal, que se ha encarnado en Jesucristo como mediador salvífico para todos los hombres y que ha resucitado como cabeza de la humanidad entera? Más bien parece que no.

Pastorino señala que "el Reiki va acompañado de una serie de manuales, y materiales teóricos que van minando el cristianismo con un sincretismo que relativiza las bases de la fe cristiana detrás de una fascinación búdica y hasta esotérica". No es algo inocente, y por eso debemos estar atentos, viendo lo que suele haber detrás (además de sospechar del negocio, algo muy común): "el Reiki está entrando en la corriente de pensamiento de los que preparan el advenimiento de la Era de Acuario y la superación del cristianismo por una espiritualidad universal sin iglesia, sin mediaciones, donde cada uno experimentará su propia autodivinización (comenzando por la autosanación, etc.)".

¿Por qué tanta gente se acerca a este método de sanación, que abarca grandes cuestiones del sentido de la vida? Porque esa sed está ahí, aunque lo queramos negar. Y el Reiki es atractivo y misterioso, y no muy difícil de realizar por cualquier persona interesada. ¿Y los cristianos? ¿Por qué acuden a esta práctica? Es una buena pregunta, pues habiendo conocido al que da la verdadera agua de la vida, es extraño que busquen fuera de su rica tradición religiosa algo que sacie su ansia de infinito... ¿O es que no han experimentado nada en su vivencia cristiana? Jesucristo pasó por el mundo haciendo el bien, curando enfermedades y dolencias, y hoy sigue sanando y salvando, también a través de su Iglesia.

FUENTE: En Acción Digital

Tuesday, October 23, 2012

REIKI: un substituto a la fe en Dios

REIKI: un substituto a la fe en Dios

Según la organización internacional para entrenamiento Reiki, su finalidad es "Ayudarte a realizar tu propósito divino en la tierra". Su campaña de promoción del Reiki lo presenta como un método de curación y bienestar "espiritualmente benigno". Según su literatura, es una organización sin fines de lucro dedicada a re-establecer las "energías Reiki" en nuestro mundo moderno. Esto se logra, dicen, "encauzando" el "flujo de energía" para sintonizar nuestra "energía de vida" (llamada "KI") con conocimientos superiores de conciencia espiritual (llamados "REI"). De ahí el nombre "Reiki". Una de sus prácticas incluye una especie de masaje, sólo que la persona que lo recibe está completamente vestida.

El Reiki ha pasado a ser parte de la cultura popular con seguidores entre la gente famosa. Se ofrece en hoteles y "spas". Lo mas alarmante es que se ha infiltrado en instituciones católicas que ofrecen clases de Reiki y hasta lo incluyen entre sus "ministerios". A veces le cambian el nombre. Una casa de retiros le llama "energía curativa". Una iglesia la presenta como "Clínica de Bienestar a través del Reiki". Una religiosa católica enseña que la técnica "se fundamenta en Jesús" porque "toda la energía proviene de Dios". 

El atractivo: Ante un mundo donde hay tanta "tensión", Reiki pretende ser una vía para obtener balance y armonía.
¿cómo ha penetrado entre los católicos como una práctica inofensiva, cuando en realidad tiene serios efectos espirituales?
Ha crecido en popularidad porque al no ser parte de una religión en concreto se vende como una técnica "religiosamente" neutral, que invoca una "fuerza viva" sin ponerle un nombre concreto. Eso permite que unos lo practiquen invocando a Jesús. Incluso llegan a referir al Espíritu Santo como "energía de vida". De esta manera confunden a muchos católicos y cristianos en general. 

Utiliza medias verdades y trata de re-interpretar ciertos pasajes de la Biblia para ajustarlos a las enseñanzas de Reiki. De hecho, hay una página de Internet dedicada al Reiki para cristianos, christianreiki.org, en la que se pueden leer las siguientes declaraciones de una monja católica, la hermana Mary Mebase: "la imposición de manos es un don de Dios que el propio Jesús utilizó repetidamente".  El Reiki mezcla en su repertorio enseñanzas positiva. Por ejemplo,  "Dedícate a tu trabajo y se amable con las personas".  La carencia de una fe sólida en muchos bautizados los hace vulnerables porque no saben discernir.

Los curanderos de Reiki también mencionan a los arcángeles y a la madre Teresa de Calcuta como "guías espirituales". Es más, como se puede comprobar en la página de Internet del Centro Internacional para el Entrenamiento de Reiki, sus clases enfatizan el hacer el Reiki "apetecible" para los cristianos. ¿Cómo? Enseñando a sus curanderos que llamen a Jesús "maestro de Reiki", e incluso que insinúen que Jesús adquirió sus "poderes de curación" iniciándose "de forma secreta" en el Reiki en Asia.  Según esa enseñanza, quienes tomen el entrenamiento Reiki pueden lograr hacer los mismos milagros. En otras palabras, los milagros de Jesús serían producto, no de su poder divino sino de una técnica (Reiki) que está dentro de la capacidad humana natural. Una página Reiki en internet, por ejemplo, anuncia un curso "que nos ayuda a entender el poder innato para sanar con que todos nacimos".

Reiki confunde a Dios con "energía" que podemos aprovechar para sentirnos bien. Reiki es por lo tanto una expresión mas de la Nueva Era.
El Dios que adoramos los cristianos no es "energía" sino un Dios vivo, Uno y Trino, que se ha dado a conocer en la Historia de la Salvación. Dios ha enviado a su Hijo al mundo para salvarnos. Ninguna energía puede iluminar el alma hacia su destino. Cuando se habla de realizar nuestro destino estamos claramente en el campo de la religión y en ese campo no hay otro salvador sino Jesucristo. Solo en El encontramos nuestro propósito divino. El es el Camino, la Verdad y la Vida.

Naturalmente el Reiki no existía en la época de Jesús, aunque ahora sus promotores lo anuncien como un "antiguo método de curación redescubierto". La realidad es que el Reiki surge en 1920 en Japón, cuando Mikao Usui dijo haber tenido una experiencia mística durante un retiro en el monte Kurama, y posteriormente funda la Sociedad de Curación Mediante Reiki.

El catecismo de la Iglesia Católica, #2117: Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo -aunque sea para procurar la salud-, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible. El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo.

Experiencia:
Una joven que vino por dirección espiritual me contó el mal que la abatía. Se sentía perturbada, oprimida, con pesadillas. El malestar se incrementaba si entraba en alguna iglesia. Cuando oré por ella, se deslizó de la silla y tenía contorsiones muy extrañas. ¿Como cayó en tal estado de opresión? Me contó que practicó el REIKI. Allí le enseñaron que Jesucristo era bueno pero tan solo uno mas entre otros grandes hombres espirituales. Le dieron ciertas oraciones o "mantras" que ella recitaba para entregarse a ciertas entidades desconocidas. Gracias a Dios esta joven pudo recapacitar y con gran humildad someterse al Señor quien la liberó y restauró a la fe católica.

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DE NUESTRO CORREO
Luego de finalizar el curso Reiki me hicieron elegir una carta angelical y me salió : "yo soy el ángel que te ayuda a confiar, prueba, te sostengo en mis brazos, suéltate, ¿sientes el placer de tener protección del cielo?, ahora si, actúa con : Luz y Amor Divino". Esto me sirvió creo, por mas que haya sido una carta al azar, por algo , creo, salió eso, porque siento que muchas veces dudo, y este ángel (creo mucho en los ángeles), me dice que confié, que tengo la protección del cielo, pero me advierte actuar con Luz y Amor Divino que espero hacerlo lo mejor posible.

Respuesta: Satanás, llamado también Lucifer (luz) es un ángel que se rebeló contra Dios. Jesús le llama el "mentiroso" ya que engaña haciéndose ver como bueno. Reiki te ha introducido a un ángel que te ofrece protección y dice ser del cielo. Te invita a "soltarte". Pero no se puede confiar en cualquier ángel, menos cuando se te ofrece en una secta donde no enseñan la doctrina cristiana. Dice que actúes en la luz y amor Divino. Pero no se puede actuar ni en la luz ni en el amor divino si no estamos formándonos y obedeciendo la doctrina de Jesucristo. -Padre Jordi Rivero

Autor: Padre Jordi Rivero

Wednesday, October 17, 2012

CREO

Quisiera que me susurrases al oído esta frase:
"Tú fe te ha salvado."
"Que se haga conforme a tu fe."
No quisiera escuchar el reproche:
"Hombre de poca fe, ¿por qué dudas?"
Creo con todo mi corazón en cada una de las verdades del símbolo apostólico, el Credo.
Creo en un solo Señor, único Dios, único Padre.
Los ídolos no viven, son piedras, son madera o bronce sin aliento de vida.
Tú eres vida, luz, amor infinito.
Hoy muchos no te aceptan, Dios eterno, juventud inmarcesible, y prefieren hacerse sus propias divinidades que se llaman alcohol, drogas y amor libre, dioses ante quienes doblan la rodilla y el alma.
Pero esos dioses humanos se les han hecho pedazos en las manos.
Yo creo en Ti, siempre he confiado en Ti y siempre te amaré, único Dios, imprescindible Dios, creador del cielo, de la tierra y de todo lo que existe.
Sin Ti nada existiría, todo sería caos y tiniebla.
Sin Ti yo no existiría.
Tú llegaste primero, Tú has estado siempre, yo llegué mucho después que Tú, y llegué porque Tú lo decidiste, antes de que pudiera yo suplicarte por mi vida.
Eres un Dios amor y yo sé que me amas, por eso me has hecho vivir.
Te adoro, mi Dios, confío en tu bondad infinita, te amo con la fuerza del mandamiento.
Y lo mismo que te amo a Ti amo a todos los hombres, porque son tus hijos.

Tuesday, October 16, 2012

Todo lo puedo unido a Aquél que me da fuerza

Hermanos: Yo sé lo que es vivir en pobreza y también lo que es tener de sobra. Estoy acostumbrado a todo: lo mismo a comer bien que a pasar hambre; lo mismo a la abundancia que a la escasez. Todo lo puedo unido a Aquél que me da fuerza. Sin embargo, han hecho ustedes bien en socorrerme cuando me vi en dificultades. 
Mi Dios, por su parte, con su infinita riqueza, remediará con esplendidez todas las necesidades de ustedes, por medio de Cristo Jesús. Gloria a Dios, nuestro Padre, por los siglos de los siglos. Amén


Filipenses 4, 12-14.19-20

Bendice Señor a todos los que me ayudaron en mis dificultades.

¡Míranos con buenos ojos!

1 Del maestro de coro, según la melodía de «Los lirios». Testimonio y salmo de Asaf.

2 Pastor de Israel,
que guías a José como a un rebaño,
que tienes tu trono sobre los querubines,
¡escucha!
¡Mira con buenos ojos a Efraín,
3 Benjamín y Manasés!
¡Despierta y ven a salvarnos con tu poder!
4 Oh Dios,
¡haz que volvamos a ser lo que fuimos!
¡Míranos con buenos ojos y estaremos a salvo!
5 Señor, Dios todopoderoso,
¿hasta cuándo estarás enojado
con la oración de tu pueblo?
6 Nos has dado lágrimas por comida;
por bebida, lágrimas en abundancia.
7 Nos has convertido en la burla de nuestros vecinos,
y nuestros enemigos se ríen de nosotros.
8 Dios todopoderoso,
¡haz que volvamos a ser lo que fuimos!
¡Míranos con buenos ojos y estaremos a salvo!
9 De Egipto sacaste una vid;
arrojaste a los paganos y la plantaste.
10 Limpiaste el terreno para ella,
y la vid echó raíces y llenó el país.
11 Cubrió los montes con su sombra,
y con sus ramas los árboles más altos.
12 Se extendieron sus ramas hasta el mar,
y hasta el río Éufrates sus retoños.
13 ¿Por qué has derribado su cerca,
dejando que le arranquen uvas los que van por el camino?
14 El jabalí la destroza;
¡los animales salvajes la devoran!
15 Dios todopoderoso, regresa, por favor;
mira atentamente desde el cielo
y ten consideración de esta vid,
16 de la vid que tú mismo plantaste,
del retoño que tú mismo afirmaste.
17 Destruye con tu furor
a quienes la cortan y la queman;
18 pero ayuda al hombre que has escogido,
al retoño de hombre que tú mismo afirmaste,
19 y nunca más nos apartaremos de ti.
¡Danos vida, y sólo a ti te invocaremos!
20 Oh Señor, Dios todopoderoso,
¡haz que volvamos a ser lo que fuimos!
¡Míranos con buenos ojos y estaremos a salvo!

Salmo 80

Friday, August 10, 2012

Virtudes sí, Valores no


El valor se hace bueno cuando sale de sí mismo, cuando busca el bien del otro, es ahí cuando se hace una virtud

Si fijamos nuestra atención un momento en un grupo de ladrones, podremos ver que ejercitan muchos valores: Trabajo en equipo, justicia (a cada quien lo suyo), organización... pero ciertamente sabemos que no son personas virtuosas.

Hoy en día podemos ver como la sociedad actual hace mucho hincapié en el inculcar valores, para el crecimiento moral de las personas, pero el problema de la degradación moral en la sociedad no está en la falta de valores, (pues como ya hemos visto, todos tenemos valores) sino en mostrarlos en una realidad distinta: el valor se hace bueno cuando sale de sí mismo, cuando busca el bien del otro, y no el propio, es ahí cuando se hace una virtud. Decía Aristóteles ´la virtud es una disposición habitual para hacer el bien´. La cuestión es ahora ¿qué necesita la sociedad actual?, ¿hombres y mujeres llenos de valores, pero que los usan de una manera egoísta, o personas que salen de sí mismas para ayudar a los demás? ... pienso que lo que necesitamos son hombres y mujeres que obren bajo criterios, convicciones y principios moralmente buenos, buscando hacer el bien al mayor número de personas posibles.

Se plantea ahora el problema de ver cuales virtudes son las que se han de ejercitar, para lograr esto. Existen esencialmente dos tipos de virtudes humas y espirituales, pero existe una que las supera a todas y al mismo tiempo las eleva: El amor. ´Ama et fac quod vis´... ama y haz lo que quieras, esta era la norma de vida de San Agustín, y que gran verdad encierra esta breve sentencia. La persona que ama, es la persona que sabe entregarse al amado sin esperar recibir nada a cambio, que sabe sacrificarse sin esperar ser correspondido, conformándose con la única alegría de ver al otro feliz; tal vez, el ejemplo más palpable lo podemos ver en el amor de una madre, que se entrega con sinceridad y sin buscar nada a cambio, por el bien de hijo... si formamos en nosotros y en nuestros semejantes esta virtud reina, que tiene en sí todas las demás, nuestra cultura brillará por su paz, justicia, respeto, compasión... todas aquellas cosas que hoy queremos llamar y comprender simplemente como valores.

Autor: Brian Castaño, LC

Friday, August 3, 2012

Domingo, día del Señor y día de la familia

Es un día especial, es nuestro día... No podemos hacer del domingo un día perdido.
Parece mentira, pero a pesar de tanto "tiempo libre" no tenemos casi tiempo para nada. Aumentan las necesidades, los planes, los compromisos, y cuando queremos tener un rato para el descanso en familia, resulta que no nos queda tiempo...

Debemos sentarnos, de vez en cuando, para reflexionar sobre lo que sea realmente importante en nuestras vidas. Entonces descubriremos, entre otras cosas, que resulta urgente rescatar el sentido del domingo, de un día dedicado a los demás, a nosotros mismos, a Dios.

Pensemos en lo que es ahora el domingo para muchos. Después de seis días de trabajo, con el agotamiento del tráfico, de las prisas, de los roces con los compañeros y compañeras de la oficina o de la fábrica, el domingo querríamos estar todo el tiempo entre las sábanas, o tumbados en el sofá, o pasear tranquilos por la calle. Pero ni siquiera podemos hacer esto. Unos tienen que hacer deporte, casi obsesionados por la "condición física". Otros salen de la ciudad, y a veces pasan varias horas en la carretera, aprisionados entre millares de coches que avanzan a paso de tortuga. Otros se quedan en casa, y descubren que tienen que arreglar mil pequeños asuntos que terminan por dejarles más cansados y más tensos. Otros, y es una enfermedad que está creciendo poco a poco, se dedican a juegos electrónicos que absorben toda la atención y que no dejan espacio para pensar en cosas mucho más importantes. Otros, en fin, hacen el domingo el trabajo que no pudieron hacer durante la semana: no saben lo que es tomarse un poco de tiempo para descansar...

Sin embargo, casi todos hemos deseado llegar al domingo. Casi todos... porque siempre hay quien es más feliz en el trabajo que en el hogar, pero si esto ocurre es porque algo no funciona del todo bien en la vida familiar... ¿Por qué nos alegra pensar en el domingo? Porque lo vemos como nuestro día "libre", el día en el que nos gustaría hacer eso que más llevamos en el corazón, eso que nos descansa, que nos llena. El domingo, en cierto sentido, revela aspectos muy profundos de nuestra personalidad, cosas buenas y cosas malas, amores y tensiones, gozos y penas profundas. Es un día especial, es nuestro día... No podemos venderlo a las prisas, a la propaganda, al consumismo. No podemos hacer del domingo un día perdido.

Hemos de encontrar tiempo para que el domingo sea, realmente, un día de plenitud, de amor, de familia, de solidaridad. Para lograr que sea así, no estaría mal quitar todo aquello que hemos escogido para ese día y que sólo nos ha dejado más vacíos y más angustiados. Es mejor un domingo con tiempo para la reflexión y para el descanso que un domingo lleno con cientos de compromisos que nos absorben completamente y nos apartan de lo importante...

El domingo debe ser, de modo especial, un momento para la familia. Conocemos o hemos tenido la suerte de vivir en familias que pasan casi todo el domingo unidos y en paz, con un proyecto común. Juntos se va a misa, se prepara la comida, se juega un rato o se va de paseo. Juntos se ve la televisión o se hacen los deberes para la escuela. Juntos se distribuyen las tareas (siempre hay mil cosas que arreglar) y la limpieza de la ropa, de la cocina, de las esquinas llenas de polvo o de arañas... Juntos se va al club, o al cine. Son familias que pueden hacerlo todo juntos porque, de verdad, se quieren a fondo, y saben unos ceder un poco para la felicidad de otros. Y eso es muy fácil si el amor es lo más importante de la casa.

Por último, o mejor, en primer lugar, el domingo es el día del Señor. Una verdad profunda acompaña la vida de todo creyente: venimos de Dios, vamos a Dios. El domingo agradece el don de la existencia, el amor de un Dios que nos creó y que nos permite disfrutar del sol, de la luna, del viento, de las enchiladas y de la sonrisa de los niños. El domingo nos hace pensar en el "mañana" que brillará después de nuestra muerte, y nos recuerda que mediante una cruz el cielo está abierto. El domingo nos susurra, sin gritos, pero con constancia, que Dios nos ama, que somos sus hijos, que es un Padre que nos espera con cariño.

Todo esto se vive de modo especial en la Misa. Pero no sólo en ella. El clima familiar del domingo debería suscitar en todos como una nostalgia de Dios, desde que nos vamos levantando (sin las prisas de siempre pero con gusto y con entusiasmo por el día libre) hasta que llegamos a la noche y miramos el futuro que nos espera. Un futuro que puede ser gris o de colores, pero en el que siempre podremos descubrir una mano providente que nos guía hacia la Patria del cielo.

El domingo es un día muy especial. Nos lo recordó el Papa Juan Pablo II en su carta sobre el "Día del Señor", escrita el año 1998. Nos decía en esa carta: Por medio del descanso dominical, las preocupaciones y las tareas diarias pueden encontrar su justa dimensión: las cosas materiales por las cuales nos inquietamos dejan paso a los valores del espíritu; las personas con las que convivimos recuperan, en el encuentro y en el diálogo más sereno, su verdadero rostro.

Nos urge, por lo tanto, revivir a fondo el domingo, hacer de cada domingo, de verdad, el día del Señor y nuestro día favorito. El día más deseado, el día vivido con más alegría, el día que nos prepara para un cielo que será, nos lo enseña la Iglesia, un domingo eterno y feliz.
Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net